Cuando hablamos del mundo blockchain, es habitual que nuestra mente vaya hacia las criptomonedas (y más concretamente hacia Bitcoin).
02 Nov 2022
Lo cierto es que el mercado de criptomonedas ha sufrido una fuerte bajada en los últimos meses, aunque teniendo en cuenta su volatilidad no podemos descartar una nueva subida. Lo que sí sabemos es que para sacar el máximo partido del Blockchain tenemos que tener claro cuál es la diferencia con las criptomonedas, cómo funciona este mundo y qué es eso de la “minería” y, sobre todo, qué casos de uso existen de la Blockchain y qué podemos esperar en el futuro.
¿Es lo mismo la red de Blockchain que las criptomonedas?
Blockchain es en realidad una base de datos con unas características especiales. La información se almacena con una serie de características que permiten verificar quién ha escrito la información y que ésta no se puede modificar. Es decir, que el almacenamiento y procesamiento tiene una serie de particularidades.
¿Y qué son las criptomonedas? Son solo uno de los casos de uso de blockchain (probablemente el más conocido). En Bitcoin, por ejemplo, se almacenan las transacciones de la criptomoneda en cada uno de los bloques de la cadena. Además, se hace de forma pública por lo que podemos ver en todo momento los movimientos que se han hecho desde la creación de la cadena hasta el momento actual.
¿Cómo funciona una blockchain como Bitcoin?
El funcionamiento de Bitcoin y otras criptomonedas se basa en el almacenamiento de una información (transacciones para el caso de Bitcoin). Esto se almacena en un bloque en la blockchain (se llama así porque se trata literalmente de una cadena de bloques enlazados). Y una vez de almacena y se confirma la transacción, se hace una copia de ese cambio para los participantes de la Blockchain, de forma que todo el mundo tiene una copia.
En este proceso, hay un actor que domina el cambio, y es el minero: el primero en minar ese nuevo bloque. Aunque la minería es una palabra normal de nuestro diccionario, en este caso nada tiene que ver con pico y piedra: la tecnología inherente a la blockchain permite que todos aquellos que quieren hacer una transferencia, la envíen a la red y se escoja automáticamente entre un conjunto de servidores cuál de ellos va a ser el que escriba el siguiente bloque.
En cualquier caso, esta criptomoneda en concreto no es escalable, ya que hay un límite definido de Bitcoins. Llegado ese límite, podrá mantenerse como algo estable en volumen pero no habrá nuevos Bitcoins y solo podrán transferirse los ya existentes. Quedará por ver si el coste de esas transferencias es escalable o no.
¿Qué es y cómo funciona el minado de criptomonedas?
Profundicemos un poco más en el funcionamiento del minado de criptomonedas. Hemos dicho que, cada vez que se crea un nuevo bloque, se elige a una persona para escribirlo (el minero). ¿Pero, cómo se elige a esa persona?
El sistema actual que utiliza Bitcoin (la principal criptomoneda en este momento) se denomina “Proof of Work” (prueba de trabajo). En este proceso se define una fórmula matemática muy compleja a resolver (a través de un algoritmo). El primer minero que encuentre la solución, será el escogido para minar el bloque. Pero para encontrar esta solución se requiere de una gran cantidad de cómputo: no te imagines a alguien haciendo fórmulas a papel y boli, pues todo en este caso se basa en la informática. En cualquier caso, este sistema hace el minado complicado e ineficiente en términos de escalabilidad y consumo energético.
Un nuevo sistema de minado de criptomonedas impulsado por Ethereum
Para resolver estos problemas de ineficiencia, Ethereum ha querido cambiar hacia un sistema diferente. En este nuevo sistema, llamado Proof of Stake, se escoge aleatoriamente entre los que más Ethers (la criptomoneda base de la red Ethereum) tengan almacenados, de manera proporcional. Esto unido a otra serie de mejoras que aumentan la escalabilidad de la plataforma, hace que se reduzca la comisión, ya que la persona, por tener mucho peso en la red, tendría la obligación de minar, entre comillas, de manera más sencilla.
Además, mientras que la blockchain de Bitcoin está pensada solo para criptomonedas, Ethereum también tiene capacidades para crear contratos inteligentes (Smart Contracts). Y, por tanto, tenemos que ser capaces de minarlos y ejecutarlos de manera escalable.
Las posibilidades de los Smart Contracts dentro de la blockchain
Imaginemos un caso de uso muy concreto para ver mejor la necesidad que cubren los Smart Contracts. Supongamos que Pablo, desde España, quiere comprar 4.000 Smartphones a una fábrica en China, por un valor de 400.000€. Pablo querrá recibir la mercancía antes de pagar la suma de dinero, pero la fábrica en China no se fiará de enviar la mercancía hasta recibir el pago. Y esto sería un círculo vicioso, por la falta de confianza entre las partes, que ni siquiera contarían con el mismo marco regulatorio.
En una situación así, podríamos resolver el problema con un contrato inteligente, por ejemplo, a través de la red de Ethereum. Así, Pablo volcaría el dinero en la red en forma de criptomonedas que quedan bloqueadas. Por su parte, la fábrica en china realiza el envío con un seguimiento físico (track ID). En el momento en que se confirme que la mercancía ha llegado al destino, el dinero se liberará automáticamente. Por tanto, es la propia red de Ethereum la que hace de notario, sin que nadie pueda modificar las condiciones. Un contrato inteligente no es más que un programa que se almacena en la blockchain y se ejecuta ante determinadas condiciones.
En este caso hablamos de la red de Ethereum, pero muchas entidades (como bancos o entidades financieras) buscarán en el futuro convertirse en ese tercero de confianza para distintos casos de uso. Además, debemos de tener en cuenta la fluctuación de las criptomonedas si queremos llegar a trabajar con ellas en los contratos inteligentes, pero se trata de un problema al que ya se está poniendo solución gracias a los Stablecoins, criptomonedas estables asociadas al valor de una moneda FIAT (como el Euro o el Dólar). Los gobiernos nacionales y comunitarios ya están investigando sobre ellos y veremos más información sobre estas criptomonedas reguladas (llamadas CBDC, Central Bank Digital Currency).
El futuro de las redes de blockchain
En definitiva, el mundo Blockchain tiene mucho camino por recorrer, pero se abrirán casos de uso que van mucho más allá de las criptomonedas. Los bancos ya comienzan a explorar las posibilidades, pero esto no significa que vayan a entrar en el mercado no regulado de las criptomonedas (aunque no podemos descartar nada), sino que buscarán sacar el máximo partido de casos de uso como los Smart Contracts. Y estos contratos inteligentes basados en Blockchain serán útiles en múltiples situaciones y en diferentes mercados, desde el financiero a la industria, la logística o cualquier otro ámbito que podamos imaginar.
Lo cierto es que el mercado de criptomonedas ha sufrido una fuerte bajada en los últimos meses, aunque teniendo en cuenta su volatilidad no podemos descartar una nueva subida.